Casa de Piedra
La fábrica de tejidos #Marangani fue fundado en 1897 por los señores Doctor Antonio Lorena Rozas (medico cusqueño) y Pablo Policarpo Mejia Ortega (hacendado maranganeño), e inaugurada el 17 de octubre de 1899. Ese mismo año (1899) muere el señor Mejía, dejando huérfano a su pequeño hijo Enrique Pablo Mejía Uria, y viuda a su esposa Catalina Uría Tamayo. A causa de este fallecimiento el Doctor Lorena se retira de la sociedad fabril. Por lo que, la señora Catalina Uría tomo la dirección y administración de la fábrica, hasta educarlo a su hijo.
De joven Enrique Pablo Mejia Uria viaja a #Inglaterra y #Estados Unidos a estudiar, llegando a graduarse de Ingeniero Textil en Filadelphia y regresando profesional a chectuyoc en 1914, para dirigir y administrar la fábrica que fue fundado por su finado padre. Cundo estuvo estudiando en Inglaterra, viajo varias veces a #Francia a visitar a las distintas fábricas textiles de aquel país, donde se conoció con un Ingeniero Arquitecto; este amigo se lo diseño el plano de un Palacio Real de aquel país galo, pero a escala reducida. Año después, el 2 de enero de 1940 daba el inicio a la construcción de la casa de piedra de chectuyoc, con las piedras traídas de las canteras de toncocuyo chectuyoc (camino a la comunidad de sulica) y de iromocco (comunidad de huiscachani). Cuando la obraestaba en plena ejecución, muere el señor Enrique Pablo Mejía el 22 de setiembre de 1943, por lo que sus 3 hijos Pablo Eduardo, Mario Concepción y Enrique Eugenio Mejia Tupayachi continúan con la obra. E esta construcción participaron personal de cuatro paises: arquitecto (franceses), alarifes o talladores de piedra (ecuatorianos). acabadores internos (españoles) y albañiles y peones (peruanos); el tiempo empleado en esta construcción fue de 10 años de arduo trabajo. Finalmente la obra concluida fue inaugurada el 17 de octubre de 1949, con motivos de celebrar el aniversario bodas de oro de la fábrica de tejidos Maranganí. Ese día de la inauguración, todas las medallas ganadas de premios, libras esterlinas, monedas peruanas antiguas, documentos, primeras frazadas, telas y otros bienes materiales fueron colocados en el sótano de la casa de piedra para ser sacados por el centenario de la fábrica, o sea el 17 de octubre de 1999. Pero, fatalmente esa fecha paso como cualquier día, nadie festejo, recordó; pues ningún descendiente de los Mejías existía. Por lo que todos los bienes guardados quedaran por eternidad, esperando a cualquier de sus herederos para ser liberados de la oscuridad y el olvido.
